8 jun 2011

Conversaciones matutinas

Pero con hambre. 
Resulta que esta mañana, después de que me dijesen: "Aquí no regalamos nada" en la Diputación, cuando fui a preguntar por una subvención que dan para plantar arboles autóctonos en terrenos particulares, después de ser robado sin armas, y así, en mi puta cara, porque sí, me dirigí al banco a efectuar el ingreso del robo que me hicieron (sí, es incongruente) y había por allí paisanos y paisanas.
Paisanos y paisanas de pie, paisanos y paisanas sentados, y así estaba la oficina. Resulta que en la oficina, os cuento, había dos mostradores, llamémosles así, y sólo una persona atendiendo. Sólo había un mostrador de cara al público, porque en el otro, el Pc no funcionaba y claro, si hubiera alguien ahí sentado sería para dar los buenos días, porque otra cosa no podrían hacer. Pues en esto que una paisana se levanta toda sulfurada con su libreta de ahorro en alto gritando: "Que poco trabajáis, eeeeeeeeh!? Que os jubiláis a los cincuenta y aun encima no hacéis nada!". Y se armó. Se armó porque pocos segundos después estaba la oficina que aquello parecía un gallinero. Un señor con una chapita de la república hablando del capitalismo, una señora tatuada diciendo: "Es que yo solo vengo a recargar la tarjeta del bus!", un tío allí poniéndose nervioso y cagándose en todo lo cagable en voz alta... En fin, el despiporre. De lo que no se daban cuenta los paisanos y paisanas, es que eso lo único que hacía era empeorar el rollo. La pobre señorita que había atendiendo, se estaba saturando con tanto grito y tanto insulto, la gente empezó a formar corrillos y claro, las conversaciones eran tan interesantes que a los participantes se les olvidó el motivo por el que estaban allí, y claro, cuando por fin les tocaba el ansiado turno por el que protestaban en un principio preferían hacer esperar al personal y seguir con su platónica conversación. Y así fue la cosa, que en vez de tardar, no sé, 15 minutos que es lo que se suele tardar en estas cosas, tardé como 50 minutos para hacer un ingreso.
Y menos mal que no es final de mes.


Más tranquilidad, gente.

1 comentario:

  1. Pero es que últimamente, todo está que echa chispas. Un comentario de cualquier tipo hace desencadenar una Guerra Mundial. Y más, en un banco.

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